lunes, 19 de marzo de 2012

Cirugía para el alma

A veces creo que nos ocupamos tanto del afuera, que nos olvidamos que sentimos, quienes somos, con quien estamos, que queremos.
Me costó hoy hacer una lista de lo que siento, es loco ¿no?
Siento frio, calor, miedo, rabia, tristeza, alegría, dolor, placer…. ¿Que siento?
Nos alejamos tanto del sentir que todo pasa por el cerebro y razonamos aquello que deberíamos estar pasando por el corazón.
El corazón ese órgano que con sus latidos nos marca que estamos aquí y ahora, esos latidos que hacen que estemos vivos -
Nos ocupamos de la ropa, del pelo, de la piel, del cuerpo, de ir al gym, de hacer dieta y no nos dedicamos un ratito a cerrar los ojos y conectarnos con el alma, con el espíritu, con nuestro Ser interior.
A veces cuando hacemos conexión con el alma, nos damos cuenta al mirarla frente a frente que esta ajada, arrugada, casi sin vida por no usarla, de haberla abandonado durante tanto tiempo. Esta dura, no es sensible, esta quieta, esta pesada, oscura.
Cuando fue la última vez que la usamos:
Le pusimos alma a nuestro primer dibujo para regalárselo a mama, le pusimos el alma a nuestros primeros amores, le pusimos el alma a nuestra pareja, a nuestros hijos, a nuestra profesión y de golpe, no nos queda pasión para hacer nada, nos olvidamos de escuchar nuestra música, ahora andamos bailando la melodía de otros.
Tal vez, necesitamos una cirugía , una que no solo sea estética una profunda, que elimine impurezas, que nos movilice, una que nos haga sentir nuevamente, una que le devuelva la niñez, la adolescencia, las ganas, las ilusiones, los sueños , la mirada nueva, esa que cree sin ver.
¿Cómo es sentir? Me pregunté
Como se siente cuando me conecto con una fragancia, con un sabor, con una piel. Pusimos el automático y nos anestesiamos, tal vez para no sufrir, tal vez para no perder, tal vez para no sentir dolor, pero la vida es todo mezclado y no hay manual que la explique, no hay racionalidad que la comprenda, hay que Sentirla
Quizás sea hora de entrar en cirugía y animarme a usar el corazón, en vez del cerebro.
Quizás sea hora de que el alma rija a la mente y no que sea al revés
Tal vez, sea hora ya, de que sienta las cosquillas, las caricias, las miradas, el amor y me enriquezca y me llene nuevamente de humanidad.

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