Escribo para escribirme

La escritura es un acto de creación, de comunicación, de presencia, de indagación, de comprensión y es, también, una preciosa herramienta de autoconocimiento y de autotransformación. Fritz Perls, creador de la terapia gestáltica, sostenía que es terapéutico todo aquello que contribuye a que las personas vivan integradas consigo mismas y con su medio en un proceso de autorregulación permanente. Si es así, no me caben dudas sobre las posibilidades terapéuticas de la escritura.
En la última página de aquel librito azul, Brenda Ueland decía: “El mejor modo de conocer la verdad es tratando de expresarla

Sergio Sinay