Me recosté en la cama para esperarte…
La fragancia del lugar era sintética, impersonal, ordinaria.
Tome el pañuelo rasado rojo y me tape los ojos, hice un nudo muy fuerte para no hacer trampas –
Trate de relajarme
Imposible, mi cabeza y mi corazón latían aceleradamente
Ya debía ser la hora… Acordamos que a las 19 iba a estar acá, acostada con los ojos cubiertos, y aquí estoy cumpliendo la regla.
No quise mirar el reloj para no mover el pañuelo y aflojar el nudo.
Solo una loca, pensé, se podía atrever a esto. Encontrarse con un desconocido en una habitación, con el solo objetivo de hacer realidad su fantasía
Podrías ser un sádico, un asesino, o simplemente un hombre en busca de aventura…, como yo. Una mujer en busca de…..???
Por ahí no vendrías, estaría bueno, no culpas, no experimentos, volver a casa como si nada.
La habitación estaba oscuras, yo me había puesto una pollera de terciopelo negro y un top gris. Mis zapatos, no eran un accesorio poco importante, eran stilettos negros, muy altos, muy seductoras, muy de puta.
Mi pelo caía sobre el rostro y ya no aguantaba la espera…
Sentí ruido en la puerta, me sobresalte. Volví a pensar en el riesgo, en el miedo, pero mas allá de todo eso estaban las ganas, el deseo
El hombre sensual que conquisto mi tiempo y me saco de la cotidianidad, estaba por entrar-El hombre anónimo que conocía mis fantasías sexuales estaba a poca distancia. El hombre inventado por mi se iba a materializar…
Sentí tus pisadas, no hablaste…
Presentí que te acercabas a la cama
¿Cuál seria tu primera acción?, tocarme o hablarme??,Como seria tu voz, la piel de tus manos??
Mi pecho se elevaba al ritmo de mi respiración que cada vez era más fuerte, se escuchaba, retumbaba en las paredes. La agitación era incontrolable..
Ya era tarde para huir, ya estaba alli corriendo el riesgo
Te sentaste en la cama, sentí el peso de tu cuerpo al costado del mío- Pude oler tu perfume Fahrenheit de Christian Dior: sublime, sensual, varonil…
Me mirabas, seguramente con la misma intensidad, que me habías contado que lo hacías. No se cuanto tiempo, a mi me parecieron años.
Ser observada así, era casi obsceno , ni sabia en que parte de mi cuerpo te estabas deteniendo.
Rozaste mi pelo y sentí tu mano, comenzaste por mi rostro y con un dedo bordeaste mis labios, hasta allí, ni una palabra. Solo 2 respiraciones, un roce y tu mirada que se hacia sentir.
Te inclinaste sobre mi rostro y pude escucharte respirar sobre mi oído, estabas agitado también, por fin conocí tu vos, me dijiste despacito
_Hola, linda!!!!
Y te reconocí, aunque no nos hubiésemos visto nunca en la vida, reconocí la expresión, la frase cotidiana de cada chateo
Yo no pude responder, seguía nerviosa, no sabiendo si estaba soñando o me estaba arriesgando a vivir ese momento.
Seguías recorriendo con tu dedo mi rostro, sacaste mi cabello de la cara y te inclinaste para besar mis ojos, los que estaban tapados por el pañuelo.
Sentí cerca de mi boca tus labios, comenzaste a besarme lentamente, solo besos inocentes, pequeños, dulces, ingenuos.
Me intrigaba pensar si te había gustado o no?? Me hubiese gustado ver tu cara, tus ojos cuando descubrías mi rostro. Aunque tu mirada era incompleta, sin mis ojos, mi rostro no dice nada. Pero, me daba cuenta que te estabas conectando con la piel. Y eso no era poco…
Tus manos estaban tibias, eran grandes, fuertes, seguras, me gusto tu piel. Tocaste mi cuello y a mi se me erizo la piel. . Aun no te había hablado, que decirte ¡!!! Por Dios!!!, sentía vergüenza de sentir lo que sentía. De estar alli a tu merced, inmóvil solo sintiéndote, tal vez más conectada a vos que a cualquier otra persona.
Masajeaste mi cuello y te inclinaste besándolo pero ya no despacito, ya con ganas, con deseo con instinto. Me mordiste y me dolió, solo deje escapar un gemido y hable..
-Por favor no me marques!!!
A lo que vos contestaste- No te preocupes, me encantaría para hacerte mía como si fueras un ganado al que se marca a fuego, pero me voy a reprimir.
Te sentaste, sentí que te movías, me pareció que te sacabas la camisa o la remera, no se ni como estabas vestido, pero volviste y te acostaste sobre mi, senti el peso de tu cuerpo y tu peso sobre el mío, musculoso, pesado, varonil…
Tocaste mis piernas y jugaste con el terciopelo de mi falda, esa tela al tacto era maravillosa, muy sensual. Comenzaste a subirla y pusiste la mano por debajo. Sentí tu agitación, tu aceleramiento, tu excitación. Creo que frenabas tus instintos para disfrutarme un poco más.
Ambos sabíamos que no iba a haber otra cita igual, era esta la única.
Estaba intrigada por ver tu rostro, tus ojos, verte completo, pero todavía seguíamos jugando.
Descubriste mis zapatos y dijiste
-Muy sexys , muy bonitos, me los sacaste y volviste a jugar con mi pierna, poniendo tus manos en la parte interior. Suavemente las separabas. Te tomabas todo el tiempo del mundo..